Es fundamental brindar herramientas para la educación en salud infantil.

Según la Organización Mundial de la Salud ( O.M.S.), uno de los instrumentos de la promoción de la salud y de la acción preventiva es la educación para la salud, que aborda además de la transmisión de la información, el fomento de la motivación, las habilidades personales y la autoestima, necesarias para adoptar medidas destinadas a mejorar la salud. Por ende, consideramos fundamental brindar herramientas para la educación en salud infantil y prevención de enfermedades en la infancia.


“Ante el regreso de los niños a la escuela surge la preocupación para muchos padres sobre cómo mejorar o extremar sus cuidados a fin de prevenir enfermedades. Sucede que la exposición a los agentes patógenos y la sensibilidad de los pequeños aumenta en esta época del año y a su vez los focos de infección se propagan con mayor facilidad. Sin embargo, es importante señalar que si se ponen en práctica algunas medidas de prevención podemos disminuir el riesgo de enfermar de los niños”, explica la Dra. Stella Binelli, Coordinadora del área de Pediatría de Emerger.

1- Calendario de Vacunación al día

Es fundamental cumplir con la cobertura correspondiente de las vacunas que indica el calendario de inmunización vigente a nivel nacional. No solo es importante que se coloquen todas las vacunas indicadas por calendario, sino también deben ser aplicadas en la edad o fechas previstas.

Las vacunas activan la producción de determinados anticuerpos a edades específicas, por lo que no vacunar al niño o hacerlo fuera de la edad establecida puede implicar un aumento del riesgo de enfermar. (Ver calendario de vacunación nacional al pie de la nota).

2- Garantizar una alimentación sana.

La alimentación es el principal factor que influye sobre la salud. Una buena salud se consigue mediante una dieta equilibrada, con una gran variedad de alimentos, con equilibrio entre calorías, e ingerir las comidas diarias recomendadas, entre otros.

Los alimentos que se incluyen en la dieta influyen en el funcionamiento del organismo, y en especial en el sistema inmunitario. Una alimentación sana, variada, y nutritiva ayuda a fortalecer las defensas naturales del cuerpo para enfrentar las agresiones externas.

En el caso de los niños es importante asegurar 5 comidas al día, comenzando por un buen desayuno que les proporcione energía para la jornada. La base fundamental de su dieta debe incluir verduras, frutas, lácteos, legumbres, carnes blancas y pescado. Se deben evitar los alimentos con grasas, exceso de azúcares y sal, así como las gaseosas. También se debe asegurar que la dieta sea rica en minerales y vitaminas, sobre todo en vitaminas C, B1, B6 y D.

3- Garantizar horas adecuadas de sueño.

El sueño adecuado no solo permite que el niño descanse y recupere fuerzas, sino que también mejora su capacidad de aprendizaje, de atención y fortalece el sistema inmunitario.

Un adulto necesita dormir en promedio 8 horas, pero los niños necesitan más tiempo para recuperarse y descansar.

La calidad y la cantidad del sueño de los niños pueden afectar al bienestar de toda la familia.

Cada niño es único y tiene sus propias necesidades de sueño. El tiempo ideal de sueño es aquel que permite realizar las actividades diarias con normalidad.

La duración del sueño nocturno varía en función de muchos factores como la edad, el estado de salud y el estado emocional, entre otros. Las horas de sueño diarias van disminuyendo según crece el niño. Los recién nacidos duermen entre 16 y 18 horas al día; a los 2 años el promedio de sueño es de 13 horas al día; desde los 3 a los 5 años es de 10-12 horas, y entre los 6 y los 10 años de vida los niños duermen alrededor de 10 horas al día. Los adolescentes necesitan dormir alrededor de 8-10 horas diarias; también suelen acostarse y levantarse más tarde que el resto de la familia.

Las siestas son normales hasta los 3-4 años de edad (hasta los 18 meses de edad, una siesta matutina y otra por la tarde). Algunos niños mayores de esta edad siguen durmiendo la siesta y también es normal.

El sueño tiene un papel fundamental en el desarrollo y bienestar infantil. Favorece los procesos de atención y memoria y ayuda a consolidar lo que se ha aprendido.

4- Motivarlos a realizar ejercicio físico

El ejercicio físico es necesario para una salud equilibrada.La practica regular de actividad física en cualquier edad produce un bienestar y mejora tanto el estado de ánimo como físicamente. Mejora el tono muscular y la resistencia a la fatiga; facilita la relajación y disminuye la tensión; y ayuda a conciliar el sueño.

La actividad física tiene efectos beneficiosos sobre el crecimiento, funcionamiento adecuado del corazón y los pulmones, la función intestinal, las defensas, la coordinación y el desarrollo psicológico y la autoestima.

Debemos señalar que lo importante es participar, dar a conocer diferentes actividades y fomentar las actividades en grupo. Respetar las normas de seguridad con protección adecuada, respetar el tiempo de digestión, y beber agua durante el ejercicio.

Es conveniente que las actividades sean apropiadas para cada edad, que el niño disfrute en ellas, que no le impidan tener tiempo de descanso y de juego sin organizar, y que no se conviertan en una obligación más del día a día.

5- Cuidado de la salud bucal

Un cuidado ideal incluye una buena higiene dental, el uso adecuado de fluoruros y las revisiones periódicas con el odontólogo. Los dientes y las encías bien cuidadas ayudan a los niños a mantener una buena salud a nivel general, no sólo dental.

Cuando presentan caries, infecciones u otro tipo de enfermedad en la cavidad oral, se pueden generar deficiencias en la nutrición, desarrollo del lenguaje, dolor y en muchas ocasiones, problemas con la autoestima.

6- Acompañarlos en procurar su salud emocional

Los niños, en especial en la primera infancia, aprenden en gran medida a través de la observación de sus cuidadores (madre, padre o cualquier otro cuidador). Mejorar en nuestra propia gestión emocional puede resultar la mejor manera para enseñar formas saludables de gestión emocional a nuestros hijos e hijas. Es posible ayudar a acompañar ante las emociones intensas de los niños y procurar su salud emocional.

Es importante comprender el desarrollo madurativo del niño y sus necesidades. Las expectativas elevadas y/o inadecuadas pueden dificultar el acompañamiento del niño durante la crianza.

Aceptar y validar las emociones del niño, tanto si son agradables como desagradables, y expresarlo con naturalidad favorece el desarrollo socio-emocional saludable. Para el niño sentir que es comprendido y poder poner nombre a su emoción facilita el inicio de la regulación emocional.

Enseñarles formas de expresión apropiadas, mostrarles formas de comunicación adecuadas y socialmente aceptadas. De forma asertiva, respetando los puntos de vista y sus derechos sin faltar los de los demás.

Poner límites desde la calma y el respeto mutuo, ayuda a desarrollar capacidades relevantes en la vida como el respeto, la responsabilidad, la cooperación, la escucha y otras habilidades sociales.

Es importante que el niño tenga claro que su estima hacia el y su pertenencia a la familia es independiente de la emoción que sienta el o el adulto de la familia.

Dedicar tiempo de calidad a la relación con el niño, compartir juegos, dándole protagonismo, escuchándolo y dejándolo expresarse libremente, sin juzgarlos promoviendo una relación optima que le brindara más oportunidades para acompañarlos en su gestión emocional.

“Para ensenarles a los niños hábitos sanos, se deben utilizar prácticas adecuadas a su nivel de desarrollo", indican desde Emerger, la empresa de servicios de Salud a nivel Nacional.

Las prácticas adecuadas al nivel de desarrollo son una parte importante en el cuidado infantil de calidad. Los niños responden a una forma positiva y constructiva y aprenden mejor de recordatorios constantes, claros, suaves y oportunos que son agradables y divertidos. Por ejemplo, en lugar de repetir “lavate las manos”, se puede probar cantando una cancion sobre lavarse las manos. Puesto que a los ninos les encanta cantar y responden bien a los recordatorios positivos, la tarea sera mas facil, y los ninos se sentiran bien al lavarse las manos. Incorporar canciones de acción y mezclar las practicas de prevención en salud.

Así mismo es muy importante para optimizar la calidad de vida del niño, que se cumpla con las medidas de higiene básicas: Lavado de manos con abundante agua y jabón al menos durante 20 segundos, varias veces al día, sobre todo antes de comer y después de ir al baño. Explicarles que no deben llevarse las manos a la nariz, la boca o los ojos, ya que puede facilitar el ingreso de gérmenes al organismo. Estornudos y toses, en el brazo. Así como debemos realizarlo los adultos, es positivo inculcar en los niños el hábito de estornudar y toser tapándose con el brazo para evitar la propagación de virus y bacterias a través de las manos. También se deben utilizar pañuelos desechables de papel para limpiarse la nariz. Ventilar las habitaciones de la casa, sobre todo su cuarto para renovar el aire. Lavar los juguetes, sobre todo si se trata de niños pequeños ya que tienen la costumbre de llevarlos a la boca. No debe concurrir al colegio si está enfermo, por él y por sus compañeros, para evitar contagios. Evitar sitios cerrados muy concurridos y el contacto con otros enfermos Las visitas al pediatra son básicas para prevenir enfermedades, ya que en cada consulta el médico hace una valoración general de la salud del niño, controla peso, talla y el crecimiento y desarrollo del pequeño. Brinda asesoramiento sobre los cuidados de salud necesarios en alimentación, higiene, vacunación, prevención de lesiones, y acompañamiento en su gestión emocional, entre otros temas.

Tener el esquema de inmunizaciones completo es un derecho básico y no hay razones o fundamentos para que un niño enferme o padezca graves secuelas por una enfermedad prevenible mediante vacunación. Así mismo el Calendario Nacional de Inmunizaciones de nuestro país es muy completo y se proporciona de manera gratuita la mayoría de las vacunas necesarias para todos los niños en función de su edad. Las vacunas son tan importantes como la alimentación y el ejercicio físico para mantener una vida saludable.