La parálisis del sueño no es algo que pueda poner en riesgo la vida, pero puede causar ansiedad, puede suceder junto con otros trastornos del sueño, como la narcolepsia.
Suele comenzar durante la adolescencia y puede hacerse frecuente durante los 20 y 30 años de edad, pero no representa un gran riesgo.
Datos básicos sobre la parálisis del sueño:
- La parálisis del sueño es muy probable que ocurra durante la adolescencia.
- Los episodios duran desde unos segundos hasta varios minutos.
- Estrés, desfase horario (jet lag), privación del sueño y trastorno del pánico pueden desencadenarla.
- La incapacidad para moverse o hablar es una característica fundamental, y puede haber alucinaciones.
- No es dañina físicamente y puede evitarse.
¿Qué es la parálisis del sueño?
La parálisis del sueño es una parasomnia o un evento no deseado que está relacionado con el sueño.
Sucede justo después de quedarse dormido o al despertar en la mañana, en el lapso entre despertarse y quedarse dormido.
Los episodios con frecuencia van acompañados de experiencias hipnagógicas, que son alucinaciones visuales, auditivas y sensoriales.
Estas ocurren durante la transición entre dormir y despertarse, y consistentemente caen en una de tres categorías:
Intruso: Existen sonidos de perillas de puertas abriéndose, pisadas lentas, la sombra de un hombre o sensación de presencia amenazante en la habitación.
Íncubo: La persona siente presión en el pecho, dificultad para respirar y una sensación de estar siendo asfixiada, estrangulada o abusada por un ser imaginario. La persona crea sensación de muerte.
Vestibular: Una sensación de girar, caer, flotar, volar, desplazarse sobre el cuerpo de uno mismo y otro tipo de experiencia extracorporal.
La experiencia de la parálisis del sueño se ha documentado durante siglos. Las personas de diferentes culturas tienen experiencias similares.
La parálisis del sueño es breve y no es mortal, pero la persona puede recordarlo como inolvidable y escalofriante.
El Dr. Alberto Davidovich, Director Médico de Emerger, nos cuenta las causas de esta afección:
“Durante el sueño, el cuerpo se relaja y los músculos voluntarios no se mueven. Esto evita que las personas se lastimen a sí mismas debido a actividades durante el sueño. La parálisis del sueño implica una alteración o fragmentación del ciclo de sueño de movimiento ocular rápido (MOR).
El cuerpo alterna entre movimiento ocular rápido (MOR) y movimiento ocular no rápido (NMOR).
Un ciclo MOR-NMOR dura aproximadamente 90 minutos y la mayor parte del tiempo que se pasa durmiendo es en NMOR. Durante NMOR, el cuerpo se relaja. Durante MOR, los ojos se mueven rápidamente, pero el cuerpo se relaja. En este momento ocurren los sueños.
En la parálisis del sueño, la transición del cuerpo a o desde el sueño MOR no está sincronizada con el cerebro. La conciencia de la persona está despierta, pero su cuerpo permanece en estado de sueño paralizado.
Las áreas del cerebro que detectan amenazas están en estado alterado y excesivamente sensible.
Los factores que se han vinculado a la parálisis del sueño incluyen:
- Narcolepsia
- Patrones irregulares del sueño, debido, por ejemplo, a un desfase horario o a un cambio de turno de trabajo
- Dormir boca arriba
- Antecedentes familiares
La parálisis del sueño puede ser un síntoma de problemas médicos como trastornos de depresión clínica, migrañas, apnea obstructiva del sueño, hipertensión y ansiedad”.
Señales y síntomas:
- Una incapacidad de mover el cuerpo cuando estás empezando a dormir o al despertar, que dura unos segundos o varios minutos
- Estar deliberadamente despierto
- No poder hablar durante el episodio
- Tener alucinaciones y sensaciones que causan miedo
- Sensación de presión en el pecho
- Tener dificultad para respirar
- Sentir como que la muerte se aproxima
- Sudoración
- Tener dolores de cabeza, dolores musculares y paranoia
- Sonidos, sensaciones y otros estímulos no amenazantes cotidianos, que el cerebro ignora normalmente, se vuelven desproporcionadamente importantes.
Algunas recomendaciones para conciliar el sueño y evitar estos episodios:
No existe un tratamiento específico para la parálisis del sueño, pero el control del estrés, mantener un horario regular para dormir y buenos hábitos de sueño pueden reducir la posibilidad de parálisis del sueño.
Las estrategias para mejorar la higiene del sueño incluyen:
- Mantener constancia en la hora de dormir y despertarse, incluso en los días festivos y fines de semana
- Asegurar un entorno cómodo para dormir, con una cama y ropa de cama cómodas y limpias, una habitación oscura y fresca
- Reducir la exposición a la luz en las noches y usar iluminación nocturna para ir al baño durante la noche
- Tener buena exposición a la luz de día durante las horas hábiles
- No trabajar ni estudiar en la habitación
- Evitar las siestas después de las 3:00 p. m. y por más de 90 minutos
- No comer una comida nocturna pesada o no comer 2 horas antes de ir a dormir
- No dormir con las luces o la televisión encendidas
- Abstenerse de tomar alcohol y productos cafeinados durante la tarde
- Hacer ejercicio diariamente, pero no 2 horas antes de ir a dormir
- Incluir una actividad relajante en el ritual para ir a la cama como leer o escuchar música relajante
- Dejar los teléfonos y otros dispositivos fuera de la habitación
- Alejarte de los aparatos electrónicos al menos 1 hora antes de ir a dormir
Las siguientes medidas pueden ayudar:
- Controlar cualquier trastorno de depresión o ansiedad
- Reducir la ingesta de estimulantes
- Practicar meditación u oración regularmente
- No dormir boca arriba
Comprender la fisiología del sueño y el mecanismo de la parálisis del sueño es un paso importante para superarla.
Ante cualquier duda o malestar, consular siempre a un especialista.
El estrés constante y el trastorno en el ciclo del sueño pueden tener graves implicaciones para la salud. Los hábitos saludables del sueño no son solo necesarios para controlar la parálisis del sueño, sino para la salud y bienestar generales.
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